miércoles, 4 de agosto de 2010

AMLO llama a una reforma de grandes alcances: Pablo Gómez


La izquierda no tiene futuro Sen. Pablo Gómez Las izquierdas de cada periodo nunca han sido iguales a sus predecesoras. La forma partido es una de ellas pero se han creado muchas maneras de expresar la lucha contra los privilegios y las desigualdades. Andrés Manuel López Obrador intenta hacer algo nuevo y, al mismo tiempo, convoca a una búsqueda.
No desprecia la forma partido pero no es ésa la que él quiere construir. De cualquier forma, ningún partido de izquierda, para avanzar, puede prescindir de un movimiento mucho más amplio.

Lo más importante de la convocatoria de Andrés Manuel es su propuesta política, la que ha presentado junto con muchos miles en el Zócalo. Se trata de una reforma de grandes alcances y sin duda es un llamamiento desde la izquierda para no perderse en la maniobra política y para señalar los grandes temas de una transformación para México.
Es claro que muchos subrayan las pretensiones presidenciales del principal creador de esa propuesta.
Pero en el mundo actual no sería congruente ni práctico hacer un llamado a la reforma del país sin proponerse la formación de un gobierno para el cambio. Es por tanto indispensable presentar el programa y el líder del mismo. Algo diferente sería un ejercicio puramente teórico.
Los objetivos de la propuesta abarcan los temas relevantes del México contemporáneo: la democracia, las libertades, la distribución del ingreso, el modelo económico y social, el papel del Estado, el crecimiento de la economía y su relación con el resto del mundo.
Desde un México de injusticias y retrasos hay que caminar hacia un país de grandes transformaciones a través de la única forma posible, es decir, con el impulso de una fuerza popular capaz de tomar un nuevo camino. Sí, el rumbo nacional es el problema de fondo cuando las fuerzas políticas formales se encuentran sumidas en la administración de su conflicto, en la distribución del poder y en las condiciones del ejercicio del mismo, sin plantearse grandes objetivos de transformación.
El problema, sin embargo, es bastante difícil.
La comunicación social en general le asigna a la propuesta de López Obrador una pretensión personalista, una manera de presentar sólo una candidatura, sin entrar en el debate del contenido programático, pues vivimos en un país donde esto último no se discute casi de ninguna manera en los medios de comunicación. Mas esto mismo es también necesario remontar a través del intento de poner los temas nacionales en el debate público.

Pareciera, por ejemplo, que fuera imposible modificar la profunda desigualdad en el ingreso o que los monopolios fueran intocables. Estos aspectos son de los más importantes porque México no tiene oportunidad en el mundo actual con una estructura económica y social tan anquilosada. De aquí la importancia de hacer saltar en pedazos el arreglo político vigente que tiene en su centro el mantenimiento de un modelo socio económico para el atraso y para el fracaso.

Es por esto, entre otros motivos, que la propuesta política de Andrés Manuel se dirige a las clases que son víctimas de las desigualdades sociales más inicuas, a quienes no pueden progresar en medio de un pacto no escrito, pero plenamente vigente, de inmovilismo y conservadurismo. Sí, la izquierda no tiene futuro, debe construirlo y, para ello, debe estar siempre en el intento. Tomado de: debate.com.mx |

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