miércoles, 20 de junio de 2012

Camila, globalizar la lucha y la solidaridad

“Camila, ¡Qué bueno que has traído a México este diálogo latinoamericano!”

Publicado el 6/18/12 • en Contrainjerencia
CAMILA-VALLEJO
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA / LA JORNADA
Compañera Camila:
¡Qué bueno que ha traído a México este diálogo latinoamericano de los movimientos emancipadores! Al saber de su presencia no pude menos de recordar la voz y la fuerza de Salvador Allende y de la más profunda lucha que el socialismo parlamentario ha dado en el mundo entero.

De Allende y quienes lucharon con él es digno sucesor este gran despertar del pueblo chileno a que su juventud convoca, y que lejos de limitarse a una valerosa lucha por la educación forja un nuevo movimiento liberador de los trabajadores, de los ciudadanos, de los campesinos y de los indios mapuches.

Mucho de nuevo tiene el movimiento chileno y, como los nuestros de los que quiero decirle unas cuantas palabras, forma parte de un movimiento universal que en México iniciaron en 1994 los pueblos mayas del sureste, conocidos como zapatistas, cuyo lema es precisamente: Libertad, Justicia, Democracia.

Ellos plantearon innovaciones en los conceptos, en las palabras, en las formas de comunicación, de expresión y de organización…, algunos ejemplares para combinar el discurso político y el narrativo, el imaginativo y el práctico; otros, para identificar el conocimiento con la pérdida del miedo, y la moral de lucha con el respeto a la dignidad de uno mismo; otros más para instaurar un sistema de autonomías con democracia, a la vez participativa y representativa, la de la asamblea y la del mandar obedeciendo, y muchos otros, capaces de articular las luchas de las comunidades con las que da la nación por su independencia, y con las del mundo por lo que los pueblos andinos llaman el buen vivir.

En México surgieron otros movimientos más, como el de los cristianos herederos de la teología de la liberación latinoamericana que, con su opción por los pobres, difunden el respeto a las creencias religiosas y laicas y, en muchos casos, el pensar histórico, y que hoy –con numerosos movimientos sociales y políticos–, están organizando la lucha por La Justicia y la Paz, y contra la guerra infame que nos imponen el imperio y sus asociados nativos, una guerra que hace sus principales víctimas entre los pueblos que luchan contra las corporaciones depredadoras, y también entre los abogados que los defienden, entre los líderes que los encabezan, y entre los periodistas que expresan la verdad de lo que ocurre.

A los movimientos anteriores se añade otro no menos importante: es el de #YoSoy132, con en el que hace acto de presencia la juventud mexicana en el campo cibernético de la lucha, y muestra el inmenso poder que en ese campo tenemos para ganar las batallas de la libertad de expresión y de comunicación, las de organización de colectivos y redes de colectivos que hagan realidad la educación universal, la democracia como gobierno del pueblo, y la subsistencia de la Tierra y de la humanidad.

Este movimiento contiene, a más de muchas otras aportaciones intelectuales y culturales, la de haber descubierto que el yo es parte del nosotros: #YoSoy132

Y hay un movimiento no menos significativo que, organizado en red, cava en lo profundo de un modo de dominación y acumulaciónaltamente depredador, corruptor y destructivo. Convocó a ese movimiento el pueblo purépecha de Cherán K`eri, en el estado de Michoacán, y allí se realizó, el pasado mes de mayo, un Encuentro Nacional de Redes de Resistencias Autónomas Anticapitalistas.

La convocatoria, los discursos, las relatorías del encuentro enfrentan al capitalismo corporativo y a los complejos empresariales –militares– políticos y mediáticos, que con sus aliados y subordinados están llevando al mundo a una catástrofe ecológica que no sólo amenaza al 99 sino al 1% de la humanidad, según investigaciones de los más serios y rigurosos científicos de las propias organizaciones intergubernamentales.

Textos y discursos del congreso de Cherán K. revelan una recuperación del método histórico-político que originalmente correspondió a un pensamiento crítico y creador –el de Marx y Engels–, y que ya enriquecido por la historia universal, contribuye como pocos a comprender hoy el mundo realmente existente y a construir un mundo realmente humano y sostenible.

Pero más que pensar en forma doctrinaria los participantes, reunidos en el pueblo purépecha de Cherán K, piensan en la forma de plantear la lucha más profunda por la libertad y por la vida.

Hay mucho más que decir, pero aquí me detengo pues no vayan mis palabras a impedir que Camila Vallejo nos cuente cómo se plantea en Chile la lucha por otro mundo posible.

Escuchemos a la compañera Camila y enviemos con ella un caluroso abrazo a la juventud chilena. ¡Viva Chile! ¡Viva América Latina! ¡Viva la vida! ¡Venceremos!

Frei Betto desafios a Río+20

Desafíos a Río+20
Frei Betto

La Río+20 reúne a jefes de Estado, ambientalistas y movimientos sociales en la Cumbre de los Pueblos. Dicha reunión corre el peligro de frustrar expectativas que a lo mejor no tenía, como punto de partida, compromisos asumidos en la Agenda 21 y acuerdos firmados en la Eco-92 y reiterados en la Conferencia de Johannesburgo en el 2010.

Hay una verdadera conspiración entre bastidores para que, en la Rio+20, se dejen a un lado los principios del desarrollo sustentable y los Objetivos del Milenio e imponer las nuevas tesis de la "economía verde”, sofisma usado para encubrir la privatización de los recursos naturales, como el agua, y la mercantilización de la naturaleza.

El enfoque de los trabajos debería estar centrado no en los derechos del capital sino en la urgencia de definir instrumentos normativos internacionales que aseguren la defensa de los derechos universales de los casi 7 mil millones de habitantes del planeta y la preservación ambiental.

Corresponde a los gobiernos reunidos en Rio priorizar los derechos de sustentabilidad, bienestar y progreso de la sociedad, entendidos como deber de garantizar a todos los ciudadanos los servicios esenciales para una mayor calidad de vida. Se hace necesario modificar los indicadores del desarrollo, teniendo en cuenta los costos ambientales, la equidad social y el desarrollo humano (IDH).

La humanidad no tendrá futuro si no cambian los modelos de producción, consumo y distribución de la riqueza. El actual paradigma capitalista, de acumulación creciente de riqueza y de producir en función del mercado y no de las necesidades sociales, nunca erradicará la miseria, la desigualdad y la destrucción del medio ambiente. Cambiar a tecnologías no contaminantes y a fuentes de energía alternativas a la fósil y a la nuclear es un imperativo prioritario. Nada más cínico que las propuestas ‘limpias’ de los países ricos del hemisferio norte, que se empeñan en culpabilizar a los países del hemisferio sur por la degradación ambiental, en un esfuerzo por ocultar su responsabilidad histórica en las actividades de sus transnacionales en países emergentes y pobres. Hay que desconfiar de todas las patentes y marcas llamadas ‘verdes’, pues aquí se oculta un nuevo mecanismo para reafirmar la dominación globocolonialista.

La hora actual requiere una convención mundial para el control de las nuevas tecnologías, basada en los principios de precaución y de evaluación participativa. Urge denunciar la programada caducidad, de modo que se pueda disponer de tecnologías que aseguren el máximo de vida útil a los productos y beneficien su reciclaje, con miras a la satisfacción de las necesidades humanas con el menor costo ambiental.

A la Rio+20 se le plantea también el desafío de condenar el control del comercio mundial por las empresas transnacionales y el papel de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en la imposición de acuerdos que legitiman la desigualdad y la exclusión social, impidiendo el ejercicio de políticas soberanas. Tenemos derecho a un comercio internacional más justo y en consonancia con la preservación ambiental.

Sin medidas concretas para frenar la volatilidad de los precios de los alimentos y la especulación en los mercados de productos básicos no habrá erradicación del hambre y de la pobreza, como prevén, hasta el 2015, los Objetivos del Milenio. Debido a la crisis financiera, una parte considerable del capital especulativo se dirige ahora hacia la compra de tierras en países del sur, fomentando proyectos de explotación de recursos naturales perjudiciales para el medio ambiente y para el equilibrio de los ecosistemas.

La Rio+20 daría un paso importante si admitiera que hoy por hoy las mayores amenazas para la preservación de la especie humana y de la naturaleza son las guerras, la carrera armamentista y las políticas neocolonialistas. El uso de la energía nuclear, sea para fines pacíficos o bélicos, debiera ser considerado un crimen de lesa humanidad.

Participaré en la Cúpula de los Pueblos para reforzar la propuesta de mayor control de la publicidad comercial, de la incitación al consumismo desmedido, de la creación de falsas necesidades, especialmente cuando van dirigidas a niños y jóvenes. La educación y la ciencia deben de estar al servicio del desarrollo humano y no del mercado. Una nueva ética del consumo debe rechazar productos derivados de prácticas ecológicamente agresivas, del trabajo esclavo y de otras formas de explotación.

En fin, debiera hacerse una evaluación completa del sistema actual del manejo ambiental, que se ha demostrado incapaz de frenar la catástrofe ecológica. Un nuevo sistema, democrático y participativo, debe atacar las causas profundas de la crisis y ser capaz de plantear soluciones reales que hagan de la Tierra un hogar acogedor para las generaciones futuras.


[Frei Betto es escritor, autor de "El amor fecunda el Universo. Ecología y espiritualidad”, junto con Marcelo Barros, entre otros libros. www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
Fuente: Adital