jueves, 5 de noviembre de 2009

Llama Dr. José Narro a refundar la República


DISCURSO DEL RECTOR DE LA UNAM, JOSÉ NARRO ROBLES, EN LA CEREMONIA DE INAUGURACIÓN DEL FORO HACIA UN PACTO NACIONAL PARA LA REFORMA ECONÓMICA.

Ciudad Universitaria
Noviembre 4 de 2009

Señor jefe gobierno, licenciado. Marcelo Ebrard, muchas gracias por recibirnos. Gracias a mi colega y amigo, el doctor Enrique Villa, director del Instituto Politécnico Nacional, por sus siempre ambles comentarios y, en esta oportunidad, esa consideración que hizo.

Señor licenciado Ángel Buendía, gracias por convocarnos a todos los que estamos en esta oportunidad, para tener una ocasión para discutir, analizar, criticar, y proponer en torno de asuntos centrales en la vida del país.

Muy apreciado licenciado Armando Paredes, qué bueno que tenemos la ocasión de escuchar a través de su persona la voz del sector empresarial.

Voy a tomar unos cuantos minutos, ya hemos escuchado tres espléndidas piezas que sintetizan muy bien lo que seguramente muchos quisiéramos también comentar, pero antes de hacer estas consideraciones, permítanme aprovecharme que un economista hable de anatomía, como lo hizo Ángel Buendía, para hacer una doble confesión.

La primera es que un médico no hablará de economía, y la segunda es que como ya lo dijo él, como lo acabo de reconocer, y les pido que no lo tomen a mal, no soy economista, y sin embargo voy hacer unas consideraciones porque me parece que este escenario, el momento y la propia convocatoria hacen adecuado lo que uno se pueda plantear.

Nos convoca el Colegio Nacional de Economistas a analizar el camino hacia un pacto nacional para la reforma económica, y nos invitan a que analicemos un documento, un documento que se plantea México frente a la crisis, hacia un nuevo curso de desarrollo y economía.

En la intervención del señor licenciado Paredes, escuchábamos cómo se plantea también la necesidad de que hagamos una revisión más allá del desarrollo, más allá de la economía, más allá de las finanzas públicas, más allá de muchos aspectos, y de pronto le queda a uno la impresión de sino lo que nos estamos planteando es, como ha dicho un colega y amigo universitario, la necesidad de avanzar en la refundación de la República, y si de verdad no ha llegado el momento en que nos hagamos un planteamiento integral de lo que pasa con nuestra sociedad y con nuestro país.

En todo caso, si lo hacemos parte a parte, si lo vemos de manera integral, soy de los que están convencidos que tenemos que hacer, que tenemos que darnos la oportunidad de revisar lo que ha venido sucediendo; soy de los que cree, lo he dicho y lo reitero, que el modelo de desarrollo y organización que hemos seguido, en todo caso, ya dio lo que podía.

Ya no va a dar mucho, ya no nos sirve ni para vernos hacia fuera, y mucho menos para resolver los problemas que tenemos hacia adentro, y si lo vamos a hacer, creo que lo tenemos que hacer, la única forma de que lo logremos es hacerlo entre todos; por eso celebro que aquí, en esta oportunidad, en este pequeño espacio, en este pequeño foro, tengamos representaciones de diversa naturaleza, desde las estructuras gubernamentales locales.

Por supuesto, las estructuras del sector empresarial; por supuesto, las estructuras gremiales y profesionales y, por supuesto, las estructuras y la representación de instituciones académicas e instituciones de educación superior, como el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Si lo vamos a hacer, sólo lo vamos a lograr con unidad; de repente me preocupa enormemente que, en efecto, como lo recordaba Ángel Buendía, parece que se trata de encontrar más las diferencias que las soluciones; parece que se trata de provocar más el enfrentamiento que el planteamiento de soluciones, y me preocupa porque en todo caso, simple y llanamente lo que está en juego es el destino del país, es el futuro de las generaciones que todavía no están con nosotros.

Si lo vamos hacer la única manera de la que lo vamos a conseguir, va a ser junto con esa unidad, junto con la participación de todos, anteponiendo el cambio por delante de los intereses del país, por sobre los muy legítimos, que cada uno de los que ustedes tenga, y hacerlo con altura de mira, pensando en grande, yendo alto y mirando lejos, de otra manera no lo vamos a conseguir, y no es simplemente retórica, es que hay que verlo y discutirlo, porque la verdad es que no lo tenemos bien analizado.

De repente parece que ya el diagnostico está, y no estoy tan seguro, porque a veces las palabras nos engañan, a veces los conceptos nos envuelven, y a veces en esos conceptos y en esas palabras no estamos de acuerdo.

Creo que México requiere, debe aspirar a ser más competitivo, efectivamente, pero no entiendo; el otro día leí una frase muy buena en el periódico El País, que decía: es que ser competitivo no puede ser equivalente o implicar solamente que el capital crezca y que el salario disminuya, eso no puede ser competitivo.

Ser competitivo, en todo caso, implica muchas otras cosas; hacer mejor las cosas, sí, pero distribuir mejor la riqueza; ser competitivo implica tener más educación, ser competitivo implica tener, verdaderamente, no un discurso, en los hechos mayor apoyo para lo que son las herramientas de esta sociedad del cocimiento.

No he escuchado a nadie que esté en contra de la educación, ahora en el siglo XXI; no he escuchado a nadie que esté en contra que México desarrolle un sistema de ciencias fuerte y propio; ¡ah!, pero cuando llega el momento de repartir los recursos, ese discurso no se transforma en lo que se necesita, y la prioridad que no va acompañada con el recurso correspondiente, se queda en una de dos, o en un buen deseo, o en simples actos demagógicos.

Si queremos de verdad dar ese paso, tenemos que apoyar en el discurso, pero también en el recurso áreas fundamentales. México ya no puede seguir siendo un país tan desigual, un país donde la pobreza ancestral se ve agudizada cada vez más por una desigualdad mucho más lacerante.

Si de verdad queremos avanzar tenemos que privilegiar la educación superior y no olvidarnos de la cultura y de la paz, no podemos hacerlo; nos vamos a equivocar, no es un asunto de modales refinados, no es un asunto sino de la naturaleza humana.

El arte y la cultura forman parte de lo que nos distingue, y el arte y la cultura forma parte de lo que este país puede y debe tener como uno de sus grandes orgullos.

(Inaudible) que estemos en esta oportunidad planteándonos, no tanto qué tan diferentes son nuestras visiones, sino qué tan coincidentes son en torno a asuntos que resultan esenciales, cómo vamos a conseguir de verdad un progreso para la mayoría de nuestra sociedad, cómo vamos a hacer para que en verdad los grandes enemigos de los mexicanos, que esos sí debieran serlo de todos los mexicanos, los logremos poner donde deben estar.

Cómo hacer para que la pobreza, para que la ignorancia, para que la enfermedad, para que esa desigualdad, para que el desempleo puedan quedar realmente (Inaudible), cómo podemos hacerle para que tengamos una sociedad más justa y mucho más equitativa, más pareja, donde realmente lo que importe sea el ser humano y no simplemente el símbolo monetario, el éxito.

De verdad me da mucho gusto poder estar aquí con todos ustedes, y reiterar el compromiso de una institución, de una comunidad como la de la Universidad Nacional Autónoma de México, en torno de los principios y valores fundamentales que deben guiar el progreso y el desarrollo de nuestra sociedad.

Creo que eso es lo que esperan los jóvenes, y creo que las generaciones que hemos tenido la oportunidad en el pasado de educarnos, de formarnos, de tener grandes vocaciones, tenemos un compromiso más: el hacer efectivamente los cambios que requiere el país, y hacerlos en la dirección correcta, hacerlos por el bien de las mayorías, y esto es lo que creo que hoy este Colegio Nacional de Economistas va a hacer con su (Inaudible).

Gracias y muchas felicidades por la convocatoria.
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