martes, 2 de agosto de 2011

Sicilia pide perdón a migrantes por maltratos recibidos en México


Proceso Pedro Matías
Foto: Octavio Gómez
MÉXICO, D.F. (apro).- “En nombre del gobierno y pueblo de México”, el poeta Javier Sicilia pidió perdón a los migrantes centroamericanos y a sus familiares por los malos tratos que han recibido en el país en su camino hacia Estados Unidos.
Durante el diálogo que la caravana Paso a Paco Hacia la Paz sostuvo hoy con legisladores en el Senado de la República, Sicilia —quien fue invitado por la senadora Rosario Ibarra– pidió perdón “a esas madres y demás familiares de migrantes centroamericanos que han padecido la tragedia humanitaria por culpa del monstruo frío que es el Estado y los que forman parte de él, de los procedimientos burocráticos y de los criminales que han puesto por encima sus ambiciones”.
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“A nombre de lo mejor de este país, que son sus ciudadanos y que también tienen el corazón roto”, Sicilia les pidió perdón también a las víctimas y se sumó al clamor de no más leyes y procedimientos burocráticos para atender y defender los derechos de los inmigrantes. “A la chingada todo eso”, enfatizó.
La caravana llegó a la capital del país después de 12 días de camino y fue recibida por el rector de la Catedral Metropolitana, Manuel Arellano Rangel, quien les abrió las puertas del recinto católico más importante del país y les manifestó su solidaridad y preocupación por la violencia de la que son víctimas.
Posteriormente, la caravana fue recibida en el Zócalo por el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza; luego prosiguió su camino hacia el Senado de la República, donde los marchistas fueron atendidos por las senadoras Yeidckol Polevnsky y Rosario Ibarra de Piedra, del PRD y PT, respectivamente.
En este encuentro, presidido por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, se escucharon historias desgarradoras de mujeres violadas, hombres secuestrados, madres sin saber del paradero de sus hijos; extorsiones, fosas comunes y clandestinas, así como de la complicidad que existe entre el crimen organizado y las autoridades migratorias, municipales, estatales y federales.
También hubo propuestas concretas como el hecho de eliminar la visa: “si Centroamérica no nos pide visa, no existe razón para que México la exija”, dijo Solalinde, coordinador del albergue Hermanos en el Camino.
Si existiera esa voluntad política que tanto se pregona en México, dijo, se eliminaría la visa a los centroamericanos porque se evitarían muertes, extorsiones y secuestros.
“Lograr que no se pida visa se termina con el problema porque esos policías que asaltan, esos del Instituto Nacional de Migración que los secuestran, ya no los hagan porque se acaba el negocio”, reflexionó.
Luego demandó la reglamentación de la Ley Migratoria, sin embargo, la senadora Yeidckol Polevnsky, aclaró que el reglamento le corresponde (emitirlo) al Ejecutivo federal.
La senadora perredista lamentó que los presidentes en turno recurran a “ese veto de bolsillo” para no publicar leyes o no hacer los reglamentos que no les convienen para que éstas no funcionen.
“Quien tiene en sus manos resolver el problema se llama Felipe Calderón porque es el que tiene que sacar el reglamento; únicamente se dedican a hacer anuncios que no tienen nada que ver con la realidad porque lo que les interesa son los votos”, reprochó.
Integrantes de la caravana, por su parte, exigieron que se deje de criminalizar al inmigrante, que se les dé un trato igualitario y ser sujetos de derechos, así como acabar con los secuestros.
El sacerdote Heyman Vásquez, de Arriaga, Chiapas, dijo que “México no necesita más leyes” sino hacer que el estado de derecho sea una realidad, Recordó que México ha firmado y promovido “tantos tratados internacionales”, sin embargo, no los cumple, pues en este país, lamentó, “una cosa es la ley y otra, la práctica”.
En tanto, el cura Tomás González Castillo, de Tenosique, Tabasco, reveló que en la reunión que sostuvieron con el relator de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Felipe González Morales, éste no aguantó los testimonios de las personas que han padecido este holocausto en Tierra Blanca, Veracruz: decidió levantarse y sólo se limitó a expresar: “lo que está pasando en México es una verdadera tragedia humanitaria”.
A su vez, el sacerdote Luis Ángel Nieto, de Veracruz, insistió en que los inmigrantes “no son criminales, sino trabajadores internacionales”, y denunció la “complicidad” que existe entre las autoridades mexicanas y banda de traficantes de inmigrantes sudamericanos y otras latitudes que llegan a pagar entre 12 y 20 mil dólares para llegar y pasar México sin ningún problema.
La hondureña Rosa Nelis Santos, habló en nombre de las madres de su país y reprochó la negativa del gobierno mexicano a otorgarles visa para ingresar al país a buscar a sus familiares. Aclaró que no tienen intenciones de quedarse en el país, que regresen sus hijos.
Pidió que les dejen el paso libre porque por estas políticas hay niñas de entre 14 y 16 años que han sido violadas por agentes de migración o por miembros del crimen organizado que las secuestran y las golpean en las nalgas con tablas con clavos, les arrancan las uñas con tenazas porque no les quieren decir que tienen dinero o de dónde es su familia.
Finalmente, la activista Nancy Pérez García, exigió que se respete el contenido de la actual Ley de Migración y que sean retirados del aire los spots en los que se resalta que “las y los inmigrantes tienen garantizado su tránsito por 180 días pero eso no es cierto, es un engaño más”.