viernes, 28 de octubre de 2011

Joseph Stiglitz Fortalecer el mercado interno en México



Para disminuir la desigualdad se debe incentivar el mercado interno: Stiglitz
Juan Carlos Miranda
Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 28 de octubre de 2011, p. 35

Oaxaca de Juárez, Oax., 27 de octubre. El fortalecimiento de la democracia y la disminución de la desigualdad social son aspectos fundamentales para mejorar el desempeño económico de los países, sostuvo el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz.

Durante su participación en el Encuentro Empresarial 2011, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana, el especialista estadunidense explicó que la gran concentración de riqueza generada por el modelo económico imperante permite a unos cuantos grupos económicos o financieros condicionar la acción de los gobiernos a favor de sus propios intereses.

Ejemplificó que en Estados Unidos el uno por ciento de la población posee 45 por ciento de la riqueza total del país, y que al momento de haber elecciones los grupos políticos acuden a ese uno por ciento más rico en busca de financiamiento, pero a cambio de políticas que les sean favorables.

“Esta visión que ha estado creciendo en Estados Unidos es la de que el gobierno no es un gobierno de la gente, para la gente y por la gente, que es lo que había dicho Abraham Lincoln, sino que es el gobierno del uno por ciento, para el uno por ciento y por el uno por ciento”.

Ese tipo de inequidades, dijo, es una de las causas de las protestas mundiales representadas principalmente en el movimiento de los Indignados en España y Ocupa Wall Street, en Nueva York que, dijo, son una muestra del malestar de las personas, principalmente de los jóvenes, ante la falta de oportunidades.

Stiglitz insistió en que la política y la economía están fuertemente relacionadas, por lo que es esencial crear procesos políticos más responsable e inclusivos.
Destacó los cambios que ha habido en algunos países de América Latina, la región más desigual del mundo, y donde hasta hace poco la democracia era sumamente débil.

“En los últimos años ha habido un verdadero cambio, por el cual no solamente la democracia se ha fortalecido en algunos lugares, sino que ha estado funcionando para crear una sociedad más igualitaria apoyada por la comunidad empresarial”.

Agregó que la forma de disminuir la desigualdad es incentivar el mercado interno y la única manera de hacerlo es elevar el ingreso de la mayoría de los ciudadanos en el país.

Lo anterior, sostuvo, es viable sin incrementar la productividad ni generar inflación.

Indicó que los salarios de los trabajadores se han reducido en las últimas décadas mientras en la mayoría de las corporaciones los salarios de los directores se han incrementado de manera desproporcionada, incluso sin que haya aumentos en la productividad.

Además, dijo, en México hay muchos sectores en los que no hay mucha competencia o es limitada, lo que provoca que haya utilidades muy altas, pero éstas se van a los de arriba “y ya saben de quienes les estoy hablando”, comentó. “Si estas utilidades se distribuyeran de mejor manera, la demanda sería más fuerte y también la economía”.

Por ello, insistió en la necesidad de cambios políticos que fijen nuevas reglas del juego. “A menos que estas estén bien establecidas el juego no va a ser eficiente ni justo y dicho sistema económico y político no va a poder ser sustentable”, advirtió.

El premio Nobel y el bloqueo contra Cuba
26 Octubre 2011
Por Alejandro González Galiano
Embajador de Cuba en España

La Administración del presidente Obama, que ha pretendido impactar al mundo con un discurso de cambio y renovación de su política hacia Cuba, mantiene intacto el andamiaje de leyes y disposiciones que conforman las bases legales y las regulaciones del bloqueo e incluso ha recrudecido la dimensión extraterritorial de esta política, fortaleciendo las sanciones y la persecución contra ciudadanos, instituciones y empresas de terceros países, que pretenden establecer relaciones económicas, comerciales, financieras y científico técnicas con Cuba, pisoteando además los atributos soberanos de esos estados.
No es obsoleto, por recurrente, insistir en que el bloqueonorteamericano contra Cuba viola el Derecho Internacional, es contrario a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, constituye una transgresión al derecho a la paz, el desarrollo y la seguridad de un Estado soberano y es un acto de agresión unilateral y una amenaza permanente contra la estabilidad de nuestro país. Califica además como una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todo nuestro pueblo, a la vez que socava también los derechos constitucionales del propio pueblo norteamericano al quebrantar su libertad para viajar libremente a Cuba.


Ningún bloqueo ha sido tan abarcador, brutal, ni tan extendido en el tiempo contra un país. El daño económico directo ocasionado a nuestro pequeño país por la aplicación de esta política durante más de 50 años supera los 100.000 millones de dólares, sin cuantificar el perjuicio moral y humano causado a las familias cubanas.
Tratar de rendir por hambre y enfermedad a un pueblo se califica como un acto de genocidio en virtud de las leyes internacionales. Apenas mencionaré algunos ejemplos concretos de la afectación que el bloqueo norteamericano provoca a la salud pública cubana.
Los niños y jóvenes cubanos con tumores malignos en los huesos no pueden contar con las prótesis extensibles para sustituir las partes óseas en la cirugía de sus tumores, debido a que estas son comercializadas por empresas norteamericanas.
A Cuba se le continúa negando la compra de citostáticos novedosos de producción norteamericana como la adriamicina liposomal y la nitrosoureas, específicas para tratar tumores encefálicos. Lo mismo sucede con los antibióticos de última generación para niños menores de un año, específicamente para uso por vía oral.


El instituto de Oncología se ve privado de contar con un citómetro de flujo, para el estudio de las células cancerosas, dado que la firma norteamericana Becton Dickinson, al conocer que su destino era Cuba, le negó su venta a la empresa intermediaria en la compra.
El Programa Nacional de Trasplante Renal de Cuba corre serio riesgo de paralización, porque el bloqueo impide adquirir los reactivos serológicos anti HLA de alta calidad que dicho programa requiere.


Este 25 de octubre, cuando por vigésima ocasión consecutiva, en la Asamblea General de Naciones Unidas se discuta el Proyecto de Resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, el Gobierno norteamericano volverá a escuchar el clamor universal de rechazo al bloqueo y el presidente Obama, premio Nobel, tendrá una nueva oportunidad para corregir de una vez esta cruel e injusta política y dejar vivir en paz al pueblo de Cuba.