lunes, 30 de noviembre de 2009

Países latinoamericanos se dividen ante elección en Honduras. EUA reconoce a Lobo.



Algunos gobiernos latinoamericanos manifestaron el lunes que no reconocerán los comicios en Honduras, mientras otros señalaron que la elección de Porfirio Lobo podría abrir una salida a la crisis, en tanto Colombia anunció su reconocimiento "al nuevo gobierno".

Estados Unidos saludó este lunes como un "importante paso adelante" las elecciones hondureñas y reconoció la victoria del candidato conservador Porfirio Lobo, pero advirtió que ello "no es suficiente" para que el país regrese al seno de la comunidad internacional.

Los comicios del domingo, criticados por la mayoría de gobiernos de América Latina, "son un paso adelante muy importante (...) pero son sólo eso. Sólo un paso, y no es el último", declaró el vicesecretario para América Latina, Arturo Valenzuela, en rueda de prensa.

"No es suficiente", advirtió.

El gobierno paraguayo del presidente Fernando Lugo fijó su posición contraria a la elección hondureña a través de un ministro vocero.

"El presidente (Lugo) ha manifestado que resulta imposible reconocer las elecciones en Honduras, así como lo sostienen muchos otros países Latinoamericanos", dijo a la prensa Humberto Blasco, ministro de Justicia y Trabajo de Paraguay.

"Hay un vicio de origen que se genera a partir de la expulsión del país del presidente constitucional (Manuel) Zelaya", dijo el ministro paraguayo.

En Portugal, el presidente Alvaro Uribe, dijo a la prensa que "Colombia reconoce al nuevo gobierno (de Honduras). Se ha dado un proceso democrático en Honduras y alta participación, sin fraude, inobjetable".

"Confiamos que el nuevo gobierno adelante todos los esfuerzos para superar definitivamente la situación difícil que se ha presentado en Honduras...", agregó el mandatario colombiano en Estoril, Portugal, donde asiste a la cumbre iberoamericana.

También en Estoril, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, consideró como "una señal peligrosa y delicada" que las autoridades de facto no hayan permitido que Zelaya volviera al poder para coordinar el proceso electoral. "Aún existen muchos países, sobre todo en América Central, en situación de vulnerabilidad política. Por lo tanto, Brasil no tiene que repensar el tema de Honduras".

"Brasil mantendrá su posición porque no es posible para la gente aceptar un golpe, sea militar o sea disfrazado de civil, como fue el golpe de Honduras", respondió sobre el no reconocimiento a los comicios de Honduras.

"Hasta que el gobierno de Honduras ofrezca garantías de vida para el presidente Zelaya, él permanecerá en la embajada brasileña", señaló Lula.

La posición brasileña la ratificó en Ginebra el canciller Celso Amorim, que apuntó que "Brasil no reconoce las elecciones del país centroamericano, aunque el gobierno da señales de que busca un fin a la crisis".

En Estoril, la presidenta Michelle Bachelet, de Chile, señaló que los comicios se realizaron "conforme a la Constitución hondureña antes del golpe de estado contra el presidente Manuel Zelaya".

"Sin embargo, las elecciones de ayer (domingo) no pueden ser invocadas para legitimar un golpe de Estado, perpetrado hace sólo cinco meses, porque de esta forma se estaría sentando un precedente grave, inaceptable y una seria amenaza para la democracia en Américas Latina", agregó la mandataria chilena.

"Quienes tienen responsabilidades políticas en Honduras debieran comprender que se encuentran ante lo que quizás sea la última oportunidad de encontrar una solución política de la crisis en este país", agregó.

En Panamá, el presidente Ricardo Martinelli felicitó a Honduras por el "alto grado de civismo y vocación democrática", y dijo que conversó con el triunfador Porfirio Lobo.

Martinelli invitó a Lobo a "iniciar un proceso de reconciliación y unificación del pueblo hondureño, a través de un gobierno de unidad nacional basado en el espíritu del Acuerdo Tegucigalpa-San José", de acuerdo con un comunicado de la presidencia.

"La información más reciente disponible refleja que hubo una amplia participación ciudadana en los comicios de Honduras, con ello se cumpliría una condición necesaria para el retorno de la institucionalidad democrática y constitucional a ese hermano país". (AP)

José Mújica, presidente electo de Uruguay. Continuidad al proyecto de Tabaré




Una bomba de agua cayó sobre la enfervorizada multitud frenteamplista ni bien terminó anoche José Mujica su discurso de triunfo. Tuvo dos puntos más que Vázquez en 2004 (52,11%) y 8 más que Lacalle ayer (43,8%). "Ni vencedores ni vencidos", dijo.

El presidente Tabaré Vázquez compartió desde el estrado un nuevo triunfo electoral del Frente Amplio, en varios momentos con Mujica a su derecha y Danilo Astori a su izquierda. El mandatario primero y el presidente electo después subrayaron sus mensajes de unidad nacional ante los adversarios que transitaron una jornada amarga hacia una derrota anunciada.

Una de las primeras alusiones de Mujica fue, precisamente, hacia los "compatriotas que tienen tristeza y que son hermanos de nuestra sangre". Y elevó la voz: "Ni vencidos ni vencedores", dijo. "Apenas elegimos un gobierno, que no es dueño de la verdad, que nos precisa a todos", señaló para expresar luego su "reconocimiento a los hombres que representaron al Partido Nacional, al Partido Colorado, al Partido Independiente, todos compatriotas". El presidente electo recordó que "mañana la patria continúa".

La siguiente señal política fue hacia Vázquez: "Hemos ganado por la obra de este gobierno, por la continuidad de este gobierno", subrayó. Vázquez al llegar anoche al cuartel general del FA no escatimó su efusividad ante Mujica y Astori.

En la coalición se celebraba anoche por partida doble: el cumplimiento de la esperada meta de lograr un segundo mandato, y la esperanza de un tercero con Tabaré Vázquez en 2014, que se retira con una popularidad de 71% y una elevada aceptación de su gestión.

Un nuevo gobierno del FA fue algo que se dio por descontado en los primeros años del gobierno pero que ingresó en la incertidumbre luego de iniciarse la crisis internacional y tras la lucha interna por la candidatura y las incógnitas de la campaña hacia las elecciones de octubre.