martes, 3 de enero de 2012

Las vacaciones de Miguel Ángel Ferrer


(Publicado en El Sol de México el viernes 30 de diciembre de 2011)

ECONOMÍA Y POLÍTICA

MIGUEL ÁNGEL FERRER

Inmensa sensación de seguridad

Hace unas cuantas horas regresé a la ciudad de México luego de un corto periodo vacacional en Cuba. Viajé en compañía de María Esther (mi infaltable compañera de los últimos cuarenta y tres años), mi hermana Elena, mi hija María José, su esposo, Carlos Fernando, y Natalia, la pequeña hija de sólo nueve meses de edad de la joven pareja. Estuvimos en la bellísima ciudad de La Habana y en ese auténtico paraíso de sol, mar y arena que es Varadero.

La experiencia turística fue, desde luego, gratísima. Supongo que también para la pequeña Natalia. Fuimos parte de los dos millones y medio de visitantes de la isla en 2011. Y pudimos disfrutar de estupendas instalaciones turísticas a precios muy accesibles, de la tradicional hospitalidad cubana y de un valor supremo que en pocas ocasiones es considerado en el catálogo de atractivos de la isla bella.

Este valor supremo, intangible, y sólo apreciado cuando por alguna razón se reflexiona sobre su inadvertida presencia, es la inmensa sensación de seguridad. El visitante patea las calles y el malecón habaneros, las hermosísimas plazas de La Habana Vieja, la Rampa y el resto del barrio El Vedado sin la carga de miedo, precauciones y actitudes de alerta que son los acompañantes cotidianos de millones de personas en casi cualquier parte del planeta.

Para mí y para María Esther, que hemos estado en Cuba más de quince veces a lo largo de los últimos veinte años, esa sensación de seguridad y de pacificación social de la existencia no es nueva. La hemos experimentado siempre. Y lo mismo dicen mi hija y mi hermana con sus tres visitas a la isla.

Este ambiente de paz, de trabajo, de no ser molestado por nadie contrasta, sin embargo, con los enormes y perpetuos esfuerzos del gobierno de EU por crear, mediante millonadas de dólares, una inconformidad social que sólo existe en las mentes perversas de Washington y sus agencias especializadas en espionaje, provocaciones, desestabilización, montajes, asesinatos selectivos y agresiones armadas que dejan miles de muertos, heridos, mutilados y desplazados y otros muchos sufrimientos injustos e inútiles a las poblaciones de las naciones agredidas.

Andan por ahí, en la red, múltiples pruebas documentales, provenientes del mismísimo Presupuesto Federal del gobierno de EU, de las escandalosas cifras de dólares que “invierte”, por ejemplo, la tenebrosa USAID (Agencia Internacional para el Desarrollo) en la creación de grupos de mercenarios disfrazados de disidentes u opositores.

Documentos públicos del Departamento de Estado revelan que esas cifras destinadas a la subversión superan ya los 200 millones de dólares. Y en esta cuenta no entran, desde luego, otras partidas gigantescas de origen oscuro y secreto, como lo ha denunciado recientemente Fulton Armstrong, asesor de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.

Ahora mismo el Senado mexicano está analizando las acciones en México de una supuesta organización no gubernamental argentina denominada Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), grupo medio fantasma financiado, entre otras fuentes oficiales estadounidenses, por la USAID y la no menos tenebrosa NED (National Endowment for Democracy).

Es seguro que entre los hallazgos de la investigación del Senado mexicano sobre las ilegales intervenciones en territorio mexicano de estas agencias yanquis de espionaje y desestabilización contra Cuba se encuentre que mucho de ese dinero de los contribuyentes estadounidenses va finalmente a parar a los bolsillos de los directivos de las oenegés que han hecho de los actos calumniosos, hostiles y falaces contra Cuba un medio de vida facilón y, sobre todo, muy, muy rentable.

www.miguelangelferrer-mentor.com.mx