martes, 24 de noviembre de 2009

¿Realmente sirve medirnos con el PIB? Reflexión de Kliksberg


¿Qué PIENSA LA GENTE?
por Bernardo Kliksberg (*) domingo, 11 de octubre de 2009
Hace tiempo que muchos de los ciudadanos del mundo se preguntan "si nos dicen que todo está tan bien, que el producto bruto crece, porque todo está tan mal para nosotros, que no tenemos empleo, ni acceso a salud, ni educación, ni siquiera para 1020 millones de personas hambrientas, a alimentos". La crisis mundial ha agudizado la pregunta. ¿Realmente el producto bruto es la medición principal de si los países progresan?
El presidente de Francia Nicolas Sarkozy formó una Comisión Internacional para buscar mejores medidas del desempeño.
Presidida por los Premios Nobel Joseph Stiglitz, y Amartya Sen concluyó que es un gravísimo error medir poniendo todo el énfasis en el producto bruto. Stiglitz señala: "Lo que se mide, afecta lo que se hace...si no medimos lo que debemos medir, haremos lo incorrecto". El informe subraya que la orientación a hacer crecer el producto bruto, no importa los medios, fue causa de la agudísima crisis actual. Se trató de que creciera desregulando y estimulando las burbujas financieras, sin reparar en los daños potenciales a la población. La Comisión muestra entre otros ejemplos que si crece el transito aumenta el producto bruto, porque se necesita más gasolina, y más autos. Pero ese cálculo no mide cuanto le está costando a los habitantes del planeta la polución de la atmósfera, ni los perjuicios a la salud pública, y tampoco contabiliza las horas de vida perdidas por los conductores en los embotellamientos crecientes.

Lo que hay que medir plantea es que pasa en definitiva con la vida de la gente y para eso hay que ir de esta medición "grosera", a índices que presten especial atención a trabajo decente, salud, educación, equilibrio medio ambiental, equidad en la distribución del ingreso, que se acercan mucho más a lo que le pasa a la gente. Ellos pueden dar idea de si se están favoreciendo o obstruyendo que puedan desarrollar sus potencialidades y ser felices. El Nobel Muhammad Yunus sugirió: "la calidad de vida de una sociedad no debería medirse por el modo de vida de los ricos, sino por el de quienes están en lo más bajo de la escala social". Ya en los años 70 Amartya Sen y el Mahbub ul-Haq crearon el índice de desarrollo humano de la ONU, hoy respetada referencia mundial. Ese sería el camino a continuar y profundizar.

América Latina sabe muy bien de este tema. En la dictadura de Pinochet, creció el producto bruto, pero al mismo tiempo se duplicó la pobreza, se desarticularon los sistemas de protección social, cayo la educación, desapareció la libertad. En el gobierno de Menem, en la Argentina de los 90, aumentaba el producto bruto, y al mismo tiempo el incremento agudo de las desigualdades, llevo a una multiplicación de la pobreza y del desempleo, y a una enorme explosión de descontento colectivo.

La idea de que se requiere un enfoque integral para medir el progreso de las Naciones tiene gran vigencia en esta región tan maltratada por los economicismos.

(*) Premio 2009 del Rey Juan Carlos I de España, al "merito civil".

No hay comentarios:

Publicar un comentario