lunes, 5 de abril de 2010

La gran prensa del mundo estrena la modalidad del terror mediático: Raúl Castro.

Fragmento del discurso del Presidente cubano durante la clausura del IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas. La Habana, 4-04-10

Como les decía al principio, la celebración de este Congreso ha coincidido con una descomunal campaña de descrédito contra Cuba, organizada, dirigida y financiada desde los centros del poder imperial en Estados Unidos y Europa, enarbolando hipócritamente las banderas de los derechos humanos.

Se ha manipulado con cinismo y desfachatez la muerte de un sancionado a privación de libertad en 14 causas por delitos comunes, devenido por obra y gracia de la mentira repetida y el afán de recibir apoyo económico desde el exterior, en un “disidente político”, que fue incitado a mantener una huelga de hambre con demandas absurdas.

A pesar de los esfuerzos de nuestros médicos falleció, lo que también lamentamos en su momento y denunciamos a los únicos beneficiarios de este hecho, los mismos que hoy estimulan a otro individuo a continuar en actitud similar de chantaje inaceptable. Este último, a pesar de tanta calumnia, no está en prisión, es una persona en libertad que cumplió sanción por delitos comunes, en específico por agredir y lesionar a una mujer, médico y directora de un hospital, a la que además amenazó de muerte, y posteriormente a una persona anciana de casi 70 años, a quien hubo que extirparle el bazo. Al igual que en el caso anterior, se está haciendo lo posible por salvarle la vida, pero si no modifica su actitud autodestructiva, será responsable, junto a sus patrocinadores, del desenlace que tampoco deseamos.

Repugna el doble rasero de quienes en Europa guardan cómplice silencio frente a las torturas en la llamada guerra contra el terrorismo, permitieron vuelos clandestinos de la CIA que trasladaban prisioneros y hasta prestaron su territorio para la creación de cárceles secretas.

Qué dirían si como ellos hubiéramos violado las normas éticas y alimentáramos por la fuerza a estas personas, como se ha hecho habitualmente, entre otros muchos centros de tortura, en la Base Naval de Guantánamo. Por cierto, son los mismos que en sus propios países, como muestra la televisión casi a diario, emplean a las fuerzas policiales en cargas a caballo contra manifestantes, apaleándolos y disparándoles gases lacrimógenos y hasta balas. ¿Qué decir de los frecuentes maltratos y humillaciones a que someten a los inmigrantes?

La gran prensa occidental no sólo ataca a Cuba, también ha estrenado una nueva modalidad de implacable terror mediático contra los líderes políticos, intelectuales, artistas y otras personalidades que en todo el planeta alzan su voz contra la falacia y la hipocresía y simplemente evalúan los acontecimientos de manera objetiva.

Mientras tanto, pareciera que a los abanderados de la cacareada libertad de prensa se les ha olvidado que el bloqueo económico y comercial contra Cuba y todos sus inhumanos efectos sobre nuestro pueblo, conservan plena vigencia y se recrudecen; que la actual administración de los Estados Unidos no ha cesado en lo más mínimo el apoyo a la subversión; que la injusta, discriminatoria e injerencista posición común de la Unión Europea , patrocinada en su momento por el gobierno norteamericano y la extrema derecha española, sigue en pie reclamando un cambio de régimen en nuestro país, o lo que es lo mismo, la destrucción de la Revolución.

Más de medio siglo de combate permanente ha enseñado a nuestro pueblo que la vacilación es sinónimo de derrota.

No cederemos jamás al chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por poderosas que sean, pase lo que pase. Tenemos derecho a defendernos. Si pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos, en primer lugar en la verdad y los principios. Una vez más seremos firmes, serenos y pacientes ¡Sobran los ejemplos en nuestra historia!

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