viernes, 12 de febrero de 2010

El pueblo pone en evidencia al Sr. Fecal; rechaza sus mentiras y le niega bienvenida a Cd. Juárez; reprimen a jóvenes durante su estancia a esa ciudad




La paciencia del pueblo mexicano tiene un límite. Las mentiras y los errores de la administración que encabeza el Lic. Fecal tuvieron ayer un franco revés en voz de los indignados deudos de los jóvenes masacrados en Ciudad Juárez perpetrada por narcos y a quienes con la ligereza política que los caracteriza, el presidente espurio del "haiga sido como haiga sido" los llamó "pandilleros". Una madre dolida por este calificativo, Luz María Dávila, quien perdió a Marcos y José Luis Piña, de 16 y 19 años, en la absurda "guerra" fecalista contra el narco, se negó a darle la mano y darle la bienvenida a Ciudad Juárez. Quienes seleccionaron a los invitados a la reunión a puerta cerrada seguramente habrán sufrido severa reprimenda.
"Vivimos los efectos de una guerra que no pedimos", le dijeron a quien acompañado se su esposa y 5 secretarios de Estado y el titular de la PGR, sólo atinaba a pedir disculpas, pero que a pesar de las peticiones de retirar al Ejército de esa plaza, con obstinación supina, engoló la voz para enfatizar que las fuerzas armadas seguirán ahí. Ante las acusaciones de al menos mil violaciones a los derechos humanos en tierras juarenses por parte de los militares, el insensible inquilino de Los Pinos "exigió" pruebas de las mismas, como si el pueblo tuviese la obligación de calzarse los zapatos de ministerios públicos.
Afuera, en la calle, los granaderos reprimieron a un grupo de jóvenes quienes exigían su derecho de diálogar con el sr. Calderón. Los reprimieron como les sucedió a los jóvenes en Cancún y en Guadalajara cuando se organizaron para protestar contra la globalización y la forma de gobernar de la derecha.
Fotos y cartones tomados prestados de El Diario de Juárez, La Jornada y Milenio Diario.

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